Campaña informativa: CON LA ACRILAMIDA NO DESENTONES. ELIGE DORADO, ELIGE SALUD.
La acrilamida es un contaminate que se crea de forma natural en alimentos ricos en hidratos de carbono durante los procesos de cocinado cotidiano a altas temperaturas, como la fritura, el horneado y el tostado y en ambientes de baja humedad.
La acrilamida ha sido clasificada como probable carcinógeno en humanos.
Nuevas normas y recomendaciones pueden ayudarnos a minimizar su presencia aplicando la normativa europea a nivel de la industria alimentaria y restauración, y a nivel doméstico con unos sencillos consejos en las prácticas de cocinado comunes.
Debemos moderar la temperatura, controlar el tiempo de cocinado y comprobar el color final del alimento, dorado pero no pasado.
En el caso de las patatas fritas podemos hacer aún más:
- Compra las patatas en su punto óptimo de maduración, sin brotes ni partes verdes y procura que no sean muy pequeñas.
- Ya en casa, consérvalas fuera de la nevera, en lugar seco y oscuro, y evita su almacenamiento prolongado.
- Antes de freir, valora un corte de la patata grueso y en tiras, mejor que fino y en rodajas.
- Lava las patatas con abundante agua y sécalas completamente antes del cocinado.
- Durante el cocinado, elige siempre que puedas cocción, horneado o uso del microondas frente a la fritura.
- Evita freir a temperaturas superiores a 175ºC y reduce el tiempo de fritura.
- Retira las patatas cuando tengan color dorado y rechaza aquellas demasiado oscuras.
- Limita la reutilización del aceite de fritura y ventila la cocina.
Si entre todos, industria, restauración y consumidores seguimos estas recomendaciones, conseguiremos reducir de manera considerable la presencia de acrilamida en nuestros alimentos.
No te olvides de seguir una dieta variada y equilibrada.
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